La tienda
Entré en esa tienda para hacer mis compras de siempre, pero no llegué a hacer nada de eso pues un hombre sacó una pistola y dijo: “¡manos arriba!”. Todos las levantamos. Se me acercó y cogió de rehén. En seguida apareció la policía y se percató de que ya conocían a ese hombre y sin darse cuenta de mi, nos dispararon. Habían unas 100 balas dirigiéndose hacia mi y no pude hacer nada. Ahora mi familia se dedica a matar policías para vengarme.
Pero que bestia eres, hay 1000 cosas mucho mejor que la violencia
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