A dormir

 Ya es de noche. Se me ha pasado el día volando. Un sábado más que me lo paso leyendo. Me había metido tanto en ese mundo que ni me había dado cuenta de que ya són las 10 y media. 

 Dejo el libro en la mesita y me levanto. Me dirijo a mi habitación y mientras me doy cuenta de lo cansado que estoy. Una vez allí me pongo el pijama y apago la luz. Mi vista se dirije al adorno de mi mesita. Un cilindro fluorescente que evaporaba agua para volverla a poner líquida mientras cae como si lloviese un minuto más tarde. Ese proceso infinito me hipnotiza todas las noches hasta que se me cierran los ojos y me duermo, igual que hoy.