El culpable

 Nadie sabe nada, no hay testigos, hay un cuerpo pero no un culpable. No puede ser, debe haber algún rastro, algo, cualquier pista, no puede haberse esfumado. Es imposible, ¡imposible! Yo, Petra Delicado, soy incapaz de encontrar ni un solo indicio del crimen. Es inconcebible. En todos mis años de inspectora nunca se me ha escapado absolutamente nadie, ni uno solo. ¿Cómo puede ser que haya dejado de existir? Ha desaparecido de la faz de la tierra. No puedo creerme que haya alguien más perspicaz que yo. Lo he probado todo. Hay sospechosos, pero ninguna prueba. El culpable no está entre ellos. Solo alguien que supiera como inspeccionamos podría haber hecho las preparaciones necesarias. Ninguno de ellos es capaz de planear algo así. Los conozco a todos. Me sé sus vidas mejor que ellos. Serían incapaces de hacer algo así, ni aún recibiendo órdenes podrían llevarlo a cabo. ¿Podría haber sido yo? No. Claro que no. Estoy desvariando. Pero, si lo piensas bien… No. ¿Pero qué estoy diciendo? No puedo ser yo. Soy inocente. Soy la investigadora, es absurdo que sea también la criminal. Toda mi vida he luchado contra el crimen. Pero siempre me ha llamado la atención el punto de vista del criminal… A ver, ese día estaba en mi casa. ¿Sí, no? Estaba segura, pero ya no. Hace tanto tiempo… Llevo demasiado en este caso, me está afectando. ¿Pero y si de verdad fuera yo? Sería insoportable. Menos mal que no es así. Aunque, solo yo soy capaz de montar algo así, solo yo estoy tan obsesionada, solo yo puedo haber llevado a cabo esta locura. Es cierto que no le tenía especial aprecio a la víctima cuando estaba viva, ¿pero soy capaz de matar? Ya no estoy segura. Tengo muy borroso ese día. Cuanto más lo pienso, más sentido tiene, se hace más real. Eso es, ha costado mucho tiempo asimilarlo, varios años, pero soy culpable. El asesino que tanto me había esforzado en encontrar estaba delante de mí. Era yo. No puedo creérmelo. Nadie me encontrará, es el crimen perfecto. Pero me pesa la conciencia, nunca volveré a descansar. Es el fin. Solo hay una manera de quedarse en paz. Ya he matado una vez, podré repetirlo. Solo tengo que pensar en qué clase de persona voy a liberar del mundo. A la mayor hipócrita jamás vista. Es momento de decir adiós.

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